El imperio de los 5 sentidos (parte III)
cariciar es un arte de un buen amante debe dominar, pues éste puede ser el mejor aliado para estimular el más amplio órgano del ser humano: la piel
PERLA CRESPO-IZAGUIRRE
Tocar, acariciar, apretar, rozar, frotar y hurgar son sólo algunas maneras de poner a funcionar nuestro sentido del tacto. Todos estos verbos se traducen en el hecho de poder “ver con las manos”. El asunto es que este reconocimiento trasladado al sexo, suele ser aún más profundo, o al menos debería serlo.
Desde niños nos enseñan que es éste el sentido más grande de nuestro cuerpo, porque, aunque comúnmente se le asocie con las manos, el tacto nos recubre por completo. Nuestra piel está compuesta por una serie de terminaciones nerviosas que perciben hasta el más mínimo estímulo, sólo que hay que saber qué teclas mover para introducirnos en un sutil y, por demás fantástico, juego de la acción-reacción.
Obviamente la forma de exploración de placer en este sentido es la caricia, la cual, en muchos casos está restringida al sencillo roce de los dedos o de la palma de la mano sobre alguna área –erógena o no- del cuerpo. No obstante, acariciar es un arte que se perfecciona con el conocimiento y la experimentación.
Acarici-arte
Acariciar es un arte que consiste tanto en dar como en recibir. En el ámbito sexual las caricias suelen estar circunscritas a proveer un placer inmediato. Es decir, se concentran únicamente en las zonas erógenas. Este es un gran error.
La piel está compuesta de una infinidad de puntos sensibles, y descubrirlos es una tarea maravillosa, para la cual necesitaríamos la vida entera. Pero acá te daremos una serie de tips muy útiles que te ayudarán en la ruta de exploración de este sentido.
…”tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño”.
Soneto XVII, W. Shakespeare
Las extremidades son las partes más sensibles y olvidadas del cuerpo en lo que se refiere a la estimulación sexual. En las manos y en los pies a un sinfín de terminaciones nerviosas que anhelan recibir atención.
- Manos. Un truco que no falla jamás y que prodiga una sensación deliciosa, empieza en la parte interior de la muñeca, y pasa lentamente a su mano, haciendo una V entre los dedos. Ya verás como le empiezan a temblar los brazos.
- Los pies. La piel de los pies es extremadamente sensible, por eso es necesario saberlos manipular. Toma nota: coloca cada uno de sus dedos entre el pulgar y el índice de tu mano, y tira ligeramente. Según los reflexólogos, los dedos de los pies tienen conexión con los órganos sexuales, así que esos jaloncitos eróticos estremecerán a tu pareja hasta la cabeza.
- Las piernas. La parte interior de los muslos es otro lugar clave. De hecho estimular los pequeños huesecillos que unen la pantorrilla y el muslo, con suaves mordiscos, produce una sensación totalmente orgásmica.
También para estimular al tacto es muy aconsejable valerse de objetos de diferentes texturas y temperaturas. Los clásicos en este sentido son sin duda las plumas, las flores, el hielo, entre otros. Sin embargo, hay un famoso palito japonés que al ser pasado por la columna vertebral despierta una experiencia sensorial indescriptible.
Lo importante en todo caso es ser creativo, buscar elementos que le agreguen novedad a la relación y sin miramientos atreverse a probar los límites de las sensaciones.
Sin exagerar
Morder y pellizcar puede ser estimulante, pero siempre con mucha delicadeza y observando la reacción de su pareja. Muchas personas disfrutan de las mordidas y pellizquitos durante el acto sexual.
En cuanto al último, si bien la estimulación por pellizcos es muy gratificante, la misma se debe realizar a través de gestos breves y simples, por todo el cuerpo de la pareja, sin dejarse arrastrar por la pasión. Normalmente se utilizan los dedos pulgar e índice de la mano, aunque también es posible realizarlos con los labios. En ambos casos hay que ser extremadamente delicado en su ejecución para así obtener el efecto de excitación deseado. Recuerda que en el sexo casi todo es válido siempre y cuando se cuente con el acuerdo mutuo y no se caiga en la exageración.
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